• E intentará convertirla en convergente. Liberty tendría que pujar demasiado alto.
  • A cambio, Pallete prepara un plan de ventas. Por ejemplo de las torres, pero no, con eso no basta.
  • Lo cierto es que O2 marcha bien.
  • Lo peor, el mensaje lanzado por Bruselas y la inquina británica contra Telefónica.
  • No, no habrá cambios en la Junta. Está buscando su propio equipo y hará cambios en profundidad.
  • Pero todo queda para después de la Junta del jueves 12.
Jueves 12, Junta de Accionistas de Telefónica. Tranquilos, no habrá sorpresa: el nuevo presidente, José María Álvarez Pallete (en la imagen) no piensa mover un dedo. No es que tenga pensado ya su equipo. Por supuesto que lo tiene e incluso ha impuesto el veto a determinados nombramientos que quería imponerle el equipo anterior, pero se lo toma con calma. Se trata de una sucesión con efecto retardado. No, la movida ha venido desde Bruselas, azuzado por Londres, 48 horas antes de la asamblea de propietarios. Bruselas no sólo impone condiciones inasumibles sino que simplemente veta la compra de la filial británica de Telefónica, O2, por parte de la china Hutchinson por más de 13.000 millones de euros. Le habría servido a Pallete para reducir una deuda que ha vuelto a superar los 50.000 millones de euros. Pues bien, el nuevo presidente ya lo sabía así que lleva dándole vueltas a la situación desde hace semanas. Ahora bien, todo el mundo esperaba o una venta a un tercer postor -por ejemplo Liberty- o un mantenimiento temporal de Telefónica en O2 junto a una mayor venta de activos para paliar deuda. Lo que no esperaba nadie es que Pallete sorprendiera a sus próximos con la afirmación de que la mejor opción es reintegrar O2 en el Grupo y, encima, invertir para hacerla convergente. ¿Cuál es el problema? Pues que a Telefónica se le ha vetado una y otra vez en el Reino Unido en lo que casi parece un caso de racismo empresarial. No soportan los chulitos británicos que una empresa española sea más eficiente que ellos. Es verdad que Pallete puede sacar a bolsa O2 o también compra y/o compartir espectro para ofrecer productos convergentes. Ahora bien, en el Reino Unido British Telecom, junto a sus nuevos aliados, Orange y Deutsche Telekom, poseen todo el espectro que quieran y algo más (y Bruselas calladita) y el regulador británico (Ofcom) está dispuesto a cualquier cosa con tal de pararle los pies a Telefónica (y Bruselas calladita, por aquello del Brexit). Como en banca, los gestores de telecos tiene dos trabajos: rentabilizar el negocio y lidiar con el regulador. No se sabe cuál de ellos les lleva más tiempo. Y la pregunta es: en esas condiciones, ¿merece la pena seguir en el Reino Unido? Por una parte, ya serían cuatro los países totipotentes de la compañía. A saber: España, Reino Unido, Alemania y Brasil. Ahora bien, muchos activos habría que vender para poder reducir deuda. Eulogio López eulogio@hispanidad.com