• El presidente del Sabadell espera un tropiezo de Ángel Ron.
  • En su día, se intentó forzarle a una unión con Caixabank (Lara).
  • Y Jaime Gilinski insiste en su opción BBVA.
  • Con el Popular, Oliu lo intentó en primer lugar con un modelo alemán: él se pondría al frente del Consejo y Ron de Ceo.
  • Más tarde, endureció su postura: él presidente, Ron vicepresidente y Guardiola Ceo.
  • Ron se negó a cualquier acuerdo.
  • Y lo peor es que el Santander sí está interesado en el Sabadell.

Es posible que sin Gobierno no haya fusiones, pero los grupos bancarios ya se preparan para ponerlas en marcha… en cuanto haya Gobierno. El presidente del Sabadell, Pep Oliu (en la imagen), insiste en absorber al Popular. Si lo prefieren, en fusionarse con el banco madrileño. Quiere jubilarse a los 70 años como un gran banquero y considera que el Popular es la opción más sencilla. Pues bien, la noticia es que no ha abandonado el intento. La otra noticia es que Ángel Ron no está dispuesto a ceder ni una miaja. Y en estas seguimos. Ocurre que, como adelantó Hispanidad, el Santander estudia la absorción de dos bancos: precisamente el Sabadell y el Popular. Y lo cierto es que la red del Sabadell en Cataluña, el punto débil del Santander, le vendría muy bien a Ana Botín. Por eso Oliu insiste: quiere retirarse a los 70 (tiene 67) como un gran banquero. El problema es que Ron no cede y acaba de superar otro macht ball. En España, y en toda Europa, hay ambiente de fusiones bancarias. Sí, y si ya hubiera Gobierno verían como ese ambiente se calentaría mucho más. Como dicen los banqueros, "habría interlocutor". En cualquier caso, los grupos se preparan para cuando haya Gobierno. Entendámonos. Tras la muerte de Luis Valls, Pep Oliu ya quiso fusionarse con el Popular, cuando todavía era copresidente Javier Valls. De hecho, en el enfrentamiento entre Javier Valls y Ángel Ron, Pep Oliu cometió el error de defender a Valls, con lo que Ron le puso la cruz. Luego, José Manuel Lara (como ahora el consejero rebelde Jaime Gilinski con el BBVA) se empeñó en que el Sabadell debía unirse con Caixabank. Oliu se cruzó: no está dispuesto a que le mandara su archienemigo Isidro Fainé, y no digamos nada con Juan María Nin de por medio. Eso no hizo más que redoblar sus sentimientos con el Popular, que también había roto peras con Caixabank. Casi dos años atrás, propuso a Ángel Ron la creación del modelo alemán de un Consejo de Vigilancia. Él sería presidente del mismo, mientras Ángel Ron quedaría como primer ejecutivo. Pero no olvidemos que Oliu posee un Ceo que ha demostrado su eficacia: Jaime Guardiola. Tras el correspondiente no de Ron, Oliu vuelve a la carga. Seis meses atrás, ya en pleno interregno político, advierte -con la ayuda del consejero rebelde del Popular, el mexicano Antonio del Valle- que ahora el planteamiento es otro: él sería el presidente la entidad resultante, Ron el vicepresidente y Guardiola el Ceo. Naturalmente, el no es ahora con mayúsculas y las relaciones se rompen de forma abrupta. Además, en el entretanto, Ron consigue superar la pelota de partido con la nueva mega-ampliación y ahora tiene recorrido por delante. Eso sí, si se viera obligado a nuevas ampliaciones, si no salieran las fortísimas reducciones previstas de oficinas y empleados, o si se frustraran los planes para colocar activos adjudicados o para librarse de créditos inmobiliarios tóxicos… bueno, entonces, habría una oportunidad. La oportunidad que espera Pep Oliu… antes de que al Santander le dé por atacar al Sabadell. Eulogio López eulogio@hispanidad.com