• Advierte a Trump que alzará la voz para defender principios fundamentales... después de ser uno de los presidentes más abortistas.
  • Aprovecha su última comparecencia para conmutar de la pena de 35 años de prisión al exsoldado Chelsea Manning.
  • Y, ahora que se marcha, Obama defendió una "relación constructiva" con Rusia.
El presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, prosigue su gira de despedida como gran 'vedette' internacional, "porque yo lo valgo", solo le falta decir. Ayer aseguró en su última conferencia de prensa en la Casa Blanca que alzará su voz si considera que los "valores principales" del país se ven amenazados durante el mandato de Donald Trump. Lo cual tiene su miga después de que Obama haya sido uno de los presidentes más abortistas de la historia de EEUU. El todavía presidente anunció que quiere distanciarse de la política durante un tiempo, dedicarse a escribir y a su familia, pero advirtió de que no se quedará callado "ante la discriminación y la injusticia" ni ante los "esfuerzos institucionales para silenciar a la disidencia o a la prensa". "Cuando nuestros valores estén en peligro, cuando se impida votar o se silencie a los que están en desacuerdo o si se intenta deportar o castigar arbitrariamente a jóvenes que han crecido en nuestro país y que aman a Estados Unidos…eso me obligaría a hablar", proclamó. Obama insistió en la importancia de garantizar la libertad de prensa. "Una prensa libre es esencial para la democracia", afirmó, y agradeció la labor de los periodistas durante su mandato. Admitió que no todas las historias publicadas le han gustado, pero defendió que los periodistas "no pueden ser aduladores". "Teneros en este edificio ha hecho que funcione mejor, nos ha hecho trabajar más duro, ser honestos", dijo ante los medios. Obama aprovechó su última comparecencia para defender la conmutación de la pena de 35 años de prisión a la exsoldado Chelsea Manning por filtrar documentos secretos a Wikileaks, que, a su juicio, "ha pasado una significativa cantidad de tiempo en la cárcel" por una condena "muy desproporcionada". Después de siete años de prisión, "se ha hecho justicia", dijo, y rechazó que su decisión implique que delitos como el suyo deban "quedar sin castigo". También justificó el fin de la política de "pies secos, pies mojados" para los indocumentados cubanos, que era "una vieja manera de pensar que no tenía sentido" ni cabida dentro del "proceso de normalización de las relaciones con Cuba". No deja de llamar la atención que, después de haberse llevado fatal con el presidente ruso Putin y con Rusia en general, ahora que se marcha Obama defienda una "relación constructiva" con Rusia… A buenas horas, mangas verdes. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com