• Nadie se plantea liquidar el primer banco italiano, también epicentro de problemas del sistema financiero.
  • Una de las alternativas, clásica, es la que plantea JP Morgan: otra burbuja de titulización.
  • El ministro Passera plantea la fórmula deuda por capital, pero con fondos, que acabarían desguazando el banco.
  • El plan de JP Morgan ahorraría las protestas de los preferentistas y el segundo castigaría a cliente.
Que el banco italiano Monte dei Paschi di Siena (MPS) es una bomba de relojería lo saben hasta en el BCE, que le dio el visto bueno en los test de estrés a cambio de una ampliación de capital de 5.000 millones (en lo que necesita para sanear sus cuentas). Pero el problema es político también: es el primer banco italiano y afectaría a todo el sistema financiero del país. ¿De dónde sacar esos 5.000 millones? Ahí está el problema y por ahí también van las alternativas, con un preámbulo: nadie quiere hablar de la quiebra y dirigir la entidad hacia una liquidación razonable. Una de las opciones es la propuesta por el banco de inversión americano JP Morgan, en su línea, clásica. El banco se encargaría de coordinar la ampliación de 5.000 millones, embolsándose sabrosas comisiones, y colocaría los 28.000 millones de deuda mala mediante titulizaciones, las mismas, dicho sea también, que provocaron la crisis financiera de las subprime en 2008. El problema, en cualquier caso, es que no se consigan captar el dinero suficiente para cubrir la ampliación, en cuyo tendría que ser el propio Monte dei Paschi el que tendría afrontar una parte importante de deuda subordinada (en manos de preferentistas, como en el caso de Bankia) cambiándola por capital; o sea, pagando esa deuda, lo que evitaría las protestas en la calle. Otra de las opciones, como recuerda el diario Cinco Días, es la que plantea ministro de Industria Corrado Passera, también ex banquero: el canje de deuda por capital. En otras palabras, que sean los inversores institucionales -es decir, fondos de inversión- los que pongan el capital si no se cubre la ampliación. ¿Cuál es el problema de esa opción?: el desguace de la entidad, que es la práctica habitual de los fondos de inversión. Esta alternativa está en la lógica del inversor: en vez de que pague los preferentistas, que paguen los clientes. Porque una cosa está clara: el banco entraría en barrena en términos de solvencia. Y si es así, ¿por qué no dejar que quiebre la entidad? Eso es como nombrar la bicha, sobre todo cuando se supone superada la época de los rescates y eso que está en vigor el mecanismo de resolución y liquidación bancaria. Sin coste para el contribuyente y con la garantía de 100.000 euros por depositantes. Rafael Esparza