• Mejora la eficiencia sí, pero lo que preocupa, como en todo el sector, es el dividendo.
  • Las antiguas cajas vascas se vuelven hacia el negocio asegurador.
  • En cualquier caso, el futuro no lo asegura la reducción de gastos sino el incremento de los ingresos. Buen tiempo para las tautologías.

Hay algunos bancos a los que la resignación les está llevando por la senda de conformarse con no perder más. Cierto es que la situación de los tipos de interés es de una continua presión a la baja, donde la inversión crediticia continúa rigiéndose con los mismos argumentos: en el próximo trimestre crecerá, pero el próximo trimestre continúa igual con cifras de crecimiento mínimo o nulo. Es la batalla por conseguir, como mínimo, mantener el tipo con las comisiones, después de haber hecho una ardua labor comercial para captar recursos con cuentas en las que, a cambio de traer la nómina y unos cuantos recibos no les cobraremos ni un euro de comisiones. Mantenimientos de cuenta, transferencias, gestión de cobros y pagos, todo gratis y ahora la falta que nos están haciendo para arreglar, por lo menos, el margen de intereses. Este pequeño relato puede servir de introducción para cualquiera de las entidades financieras que hasta ahora han presentado sus resultados semestrales, y, en especial, las que los gurús financieros -o sea, los que siempre se equivocan- están clasificando como absorbibles o fisionables. No sé si a Kutxabank la podemos clasificar dentro de una de estas categorías, pero tener, lo que se dice tener, tiene el mismo problema que ellas: una cuenta de resultados donde valga la redundancia, los resultados negativos están por la parte alta de la cuenta de resultados, sobre todo con los márgenes de intereses que, para no ser menos, en Kutxabank siguen en continuo descenso, en el primer trimestre del año ya habían bajado un 5,0% respecto a igual fecha de 2015, en este primer semestre ya se han dejado un 7,2% y cada vez con menos margen de intereses y lo preocupante, cada vez menos comisiones, -5,2% a la fecha que analizamos. Como es lógico, en el primer trimestre aún no se había percibido el maná de los dividendos, que, junto a los resultados por puesta en equivalencia, han ascendido en el segundo trimestre a 86,9 millones, que, junto a la aportación de la aún reciente actividad aseguradora, con un crecimiento comercial de un 14,5%, ha puesto al margen bruto en un mínimo crecimiento del 0,6%. Como de la necesidad se hace virtud, a falta de ingresos se ha de gastar menos, y en el caso de la entidad el cumplimiento de los objetivos de mejora de la eficiencia ha reducido en un 5,8% los gastos de administración, con lo que el margen de explotación ha crecido un 11,1%. Los deterioros de activos financieros han resultado inferiores al 2015 en un 56,6%, pero se ha de tener en cuenta que en el pasado ejercicio en este periodo se realizaron saneamientos extraordinarios en las carteras de valores y créditos. Tal como comentaba al principio, los extraordinarios (la parte baja de la cuenta de resultados), ha vuelto a resolver el semestre de la entidad, ya que ha conseguido 144,2 millones de beneficio neto que representa un 17,5% más que en 2015. Y así vamos pasando los meses, viviendo de extraordinarios a la espera que el temporal amaine o pase un barco que nos recoja en otro más grande. Mientras hay que seguir gestionando la rémora de una tasa de morosidad del 7,41% y aún felices, pues la media del sector está en el 9,84%. Continuaremos soñando que con crecimientos del 1,5% en recursos de clientes gestionados, con la competencia que hay en las comisiones podemos hacer algo más que adornar dos líneas de nuestro informe, o un 0,7% en la versión crediticia nos puede arreglar mínimamente el margen de intereses. Eso sí lo último en tecnología digital, lo último para que el cliente no tenga que venir a las oficinas y vea que solo hay dos personas para atenderles. Cuidado que es de agradecer y estoy completamente a favor de que vía telemática se gestionen la mayor parte de las operaciones y conseguir un alivio a los costes administrativos, pero el servicio también se ha de dar en las oficinas como elemento diferenciador. En cualquier caso, reducir gastos es bueno pero no constituye una estrategia porque llega un momento en que no puedes reducir más. Lo importante es aumentar los ingresos. En resumen, para mí la ecuación es Kutxabank= solvencia -eficiencia. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com