- Los vascos marcan el camino en medio de la presión de los reguladores a favor de los procesos de concentración.
- Los bancos se niegan a aceptar la tesis que cuestiona la viabilidad de los pequeños y mediados.
- Kutxabank, de hecho, no necesita capital -el argumento esgrimido- porque es una de las más capitalizadas.
- El plan afectará a 278 empleos, mediante prejubilaciones, y otro recorte no cuantificado con bajas incentivadas.
- También contempla el cierre de sucursales no rentables, aunque no afectará a "un número significativo".
Kutxabank marca su propio camino para ganar en eficiencia, ahorrando costes para mejorar el beneficio, y manda así un mensaje, a su manera, al resto de las entidades españolas pequeñas y medianas. Se desmarca de ese modo de la presión de las autoridades (BCE, Banco de España y el propio Gobierno), que ven en las
fusiones la mejor vía para reducir sucursales y plantilla con el fin de ser más rentables.
No. Kutxabank se sale por la tangente y emprende ese camino en solitario. El PNV, que controla el Consejo de Administración,
no tiene ninguna intención de ceder el control del banco.
Por el mismo motivo, Kutxabank se ha desmarcado del
Banco de España cuando ha sugerido la necesidad de cotizar en bolsa como vía para obtener recursos.
No toca, ni entrar en un escenario de fusiones,
con seis grandes para comer con siete enanitos para ser comidos, ni cotizar en bolsa.
Este miércoles, ha concretado el efecto que tendrá su plan de negocio en el recorte de
empleos y cierre de
sucursales. El ajuste, en cualquier caso y para ambas cosas, no será traumático.
La idea del presidente,
Gregorio Villalabeitia (
en la imagen), es recortar 278 empleos por la vía de las prejubilaciones y a través de bajas incentivadas voluntarias. Y respecto a las oficinas, los cierres dependerán de la rentabilidad, aunque no afectará a "un número significativo".
El
Plan de Desarrollo de Negocio de Kutxabank, más amplio, tiene un horizonte de 2019. Para entonces, espera aumentar el beneficio en más de 500 millones. Se triplicarían así las ganancias de 2014 (de 150,3 millones) y casi un 39% más que en 2013. Para ello, sin embargo, se plantea el temido recorte de plantilla, el ahorro en costes en otras partidas y la mejora en eficiencia. Y no contempla la salida a bolsa.
En el primer semestre, la entidad logró un beneficio consolidado de 122 millones, el 18,8% más que en el mismo periodo de 2014.
Kutxabank se desmarca, en suma, de los tambores de concentración que suenan en el sector para cumplir con las exigencias de capitalización. Su prioridad es otra y se siente cómoda con el tamaño que tiene.
Villalabeitia explicó recientemente que tiene patrimonio y recursos suficientes para cubrir el fondo de reserva que determine el regulador por un importe que rondaría los 250 millones de euros.
El objetivo de Kutxabank, por tanto, no está en las fusiones, es, en palabras de su presidente, "sudar sangre" para mejorar su rentabilidad.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com