• Organizaciones de derechos humanos lo han acusado de no respetar el derecho a la vida.
  • Él, en lugar de negarlo, se ha vanagloriado y ha prometido más: "Cuando sea presidente daré órdenes a la policía y al ejército de buscar a esa gente y matarlos a todos".
  • Duterte se ha mostrado partidario del matrimonio homosexual.
El reciente ganador de las elecciones presidenciales en Filipinas, Rodrigo Duterte, jurará como presidente el 30 de junio tras conseguir casi el doble de votos (cerca de 15 millones) que su principal rival, el ministro del Interior, Mar Roxas (unos 8 millones). Ha basado su victoria, según los analistas, en sus promesas de tolerancia cero con la corrupción, la delincuencia y las drogas —males endémicos del país asiático—. Rodrigo Duterte (que ha sido calificado como el "Trump del Este") es un político -como el magnate- de un verbo fácil, poco ortodoxo, de declaraciones acaloradas y (desde luego) polémicas, según Univisión. Ahora bien, en lo que respecta a los principios no negociables -vida, familia, libertad de enseñanza y bien común- parece que no es uno de sus defensores más ortodoxos. Sobre el derecho a la vida, por ejemplo, según El País, ha dicho: "Cuando sea presidente daré órdenes a la policía y al ejército de buscar a esa gente y matarlos a todos", "olvidad las leyes de derechos humanos", "voy a descuartizar criminales delante de ustedes si así lo desean" o "mataría a mis propios hijos si fueran drogadictos". Muchos filipinos le han votado para que extienda al resto de la nación la mano dura que ejerció en la ciudad de Davao, situada en la isla de Mindanao, de la que fue alcalde durante 22 años. De ser uno de los puntos negros del país, Duterte logró convertirla en uno de los más prósperos, erradicando la delincuencia con tácticas como ejecuciones extrajudiciales o patrullas de paramilitares en busca de criminales, llamadas "Escuadrones de la muerte", según han denunciado numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y él mismo ha admitido, añade El País. Organizaciones de derechos humanos lo han acusado de promocionar sicarios que han matado más de mil personas (delincuentes, según él), incluidos niños. Él, en lugar de negarlo, se ha vanagloriado y ha prometido más. En cuanto a la familia, Duterte se ha mostrado partidario del matrimonio homosexual: «Todo el mundo merece ser feliz», según Las Provincias. Como se ve, Duterte no respeta mucho la ley natural. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com