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El crecimiento de la economía española se mantuvo en el 0,7% en el segundo trimestre del año, en línea con los tres trimestres anteriores, gracias a la fortaleza del consumo de las familias y a la mejora de la inversión empresarial, según estimaciones del Banco de España, recogidas en su informe trimestral, publicado ayer.
El organismo percibe, sin embargo, señales de "cierto debilitamiento" del consumo, privado en el segundo trimestre "como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo que se deriva del repunte de la inflación". Y todo ello a pesar de que la mejora sostenida del empleo sigue apoyando las rentas de los hogares, y de que se mantiene el fácil acceso al crédito por parte de familias y empresas con tipos de interés próximos a sus mínimos históricos.
Se constata que los sueldos crecen más despacio que los precios
En el mes de mayo la inflación se situó en 2,1%, desde el 1,2% de marzo, impulsada por los precios energéticos y de alimentos no elaborados. Frente a ello, la remuneración media por asalariado registró un avance del 0,4% en el primer trimestre, aunque el Banco de España estima una aceleración de este indicador hasta el 1% en el segundo trimestre, se constata que los sueldos crecen más despacio que los precios.
El Banco de España estima un avance del 2,7% para este año; del 2,4% para el 2019 y del 2,1% en el 2020. La tendencia a la desaceleración de la economía en los próximos años se vincula con "el alza reciente del precio del petróleo, una contención gradual de los ritmos esperados de avance de los mercados exteriores y un cierto atemperamiento del impulso expansivo procedente de la política monetaria".