- Prórroga, sin cambios, en el contrato de la financiera.
- Botín seguirá controlando el 51%.
- Y con ello, tarjetas, ventas a plazos y la gestión de los pagarés de los empleados.
- En consecuencia, el banco, no los grandes almacenes, es hoy líder en crédito al consumo.
- Todo ello gracias a que el Santander continúa siendo el principal acreedor bancario de El Corte Inglés.
- Y el asunto es que no vuelva la asfixia de deuda vía contrato con Qatar.
El acuerdo que El Corte Inglés firmó con el Santander por el que el banco de Ana Botín tomó el 51% de la financiera de Isidoro Álvarez (hoy Dimas Gimeno), es muy parecido al firmado con Qatar (acordado por Álvarez y finalmente rubricado por Gimeno). En ambos casos, la razón era cierta asfixia económica a la que se vio obligado Isidoro Álvarez, empeñado en no cerrar centros ni disminuir actividad, por haber entrado en el laberinto más temido por todo gestor: apalancamiento y refinanciación de la deuda. El acuerdo con Qatar no es una compra del 10% de El Corte Inglés sino un bono a favor del jeque qatarí que le cuesta a El Corte Ingles más del 5% y acabará costándole más del 7%. Con el Santander, primer acreedor de El Corte Inglés, se firmó un acuerdo por 10 años. A cambio de 300 millones de euros, el Santander se hacía con el 51% de la Financiera de El Corte Inglés, lo que suponía llevar las tarjetas, las ventas a plazos y, ojo, la gestión de los pagarés de los empleados de El Corte Inglés. Pagarés con unos intereses que ya no se encuentran en el mercado, del 4%, que se lleva al 5% por permanencia de un lustro. ¿De qué cifra estamos hablando? Si hablamos con el Santander la respuesta oficiosa es que de más de 4.000 millones de euros en pagarés de empleados. Pero portavoces oficiales de El Corte Inglés los rebajan a poco más de 1.000. En cualquier caso, el Santander coordina la inversión de una suma de dinero enorme pero no se responsabiliza del pago. Lógico dado que ningún depósito bancario ofrece hoy ni un 1% de rentabilidad. Los pagarés de empleados de El Corte Inglés constituyen hoy uno de los grandes retos de la firma, porque no es fácil mantener tan elevada rentabilidad y tampoco se puede amortizar, dado que hablamos de mucho dinero. En cualquier caso, con la compra de la financiera de El Corte Inglés, a cuyo frente se colocó a Magda Salarich (en la imagen), Santander Consumer Finance se convirtió en el líder absoluto del crédito al consumo en España y facilitó a la refinanciación de la deuda de El Corte Inglés. Pues bien, aunque el contrato tiene 10 años de vigencia ahora, en diciembre había una oportunidad para renegociar las condiciones. Sin embargo, en El Corte Inglés no están en disposición de presionar y las condiciones se mantendrán como en la actualidad. La otra solución para reducir el problema de fondo es vender inmuebles y cerrar centros no rentables. Pero, por el momento, Dimas Gimeno o no ha querido o no ha podido enajenar. La confianza es que las ventas repunten con el aumento del consumo. Por el momento, no se vislumbra otro camino. Pero lo cierto es que el Santander le ha vuelto a doblar el pulso a El Corte Inglés. Magda Salarich sigue mandando en un punto neurálgico de la primera empresa de distribución de España. ¿Lo mejor? Que El Corte Inglés reduzca endeudamiento y pueda recuperar su actividad financiera, la que él mismo genera con sus ventas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com