- Todo depende de la decisión que tomen las agencias de riesgo sobre el rating de la petrolera.
- Los que más sufrirían la suspensión del dividendo serían Sacyr y Caixabank.
- La venta del 15% de Gas Natural es la opción preferida por La Caixa.
- En cualquier caso, se hace difícil contar con la participación de fondos de capital riesgo: ninguno quiere invertir ahora en petroleras.
- El único que se ha atrevido es Buffet.
Son días decisivos para
Repsol en los que existe una preocupación por encima de las demás: la posible rebaja del rating por parte de las agencias de calificación. Por ejemplo,
Standard & Poors (S&P) está revisando la calificación de la petrolera, que actualmente está en BBB- (tercera nota dentro de la calidad aceptable) con perspectiva negativa. Todo,
en un entorno de precios bajos del crudo que no ayudan.
Por eso, el consejo de administración que celebra la compañía este miércoles es crucial. Sobre la mesa, varias alternativas: un año sabático de dividendo, la venta de más activos o la venta de hasta un 15% de
Gas Natural Fenosa (GNF) -
Repsol posee un 30% de la gasista-. El objetivo no es otro que reducir su endeudamiento, que asciende a 15.400 millones de euros, en un entorno muy complicado y evitar así una rebaja de la calificación por parte de las agencias.
Como se pueden imaginar, la opción menos querida por
Caixabank y por
Sacyr es la suspensión del dividendo durante un año. Los dos se juegan mucho, sobre todo la constructora (8,9% de Respol), que en 2015 ingresó 117 millones de euros sólo por este concepto. La propia
Repsol también se juega mucho: sin duda, su cotización sufriría un retroceso si decide suspender el dividendo.
En el lado opuesto, la venta de hasta el 15% de
GNF. Es, sin duda, la alternativa preferida por
Caixabank y la opción que los analistas ven con más probabilidades de prosperar. Argumentos tienen para ello: el 15% de GNF está valorado en 2.416 millones de euros, suficiente para despejar buena parte de las dudas de las agencias.
Existe una tercera opción que no excluye a las anteriores: incrementar la lista de activos disponibles para la venta.
En cualquier caso, lo que parece muy difícil es la participación de fondos de
capital riesgo en alguna operación. Y es que la situación actual del sector, con unos precios del crudo en mínimos y sin un futuro claro, ha provocado el recelo de estas firmas a todo lo que tenga que ver con las petroleras.
El único que se ha atrevido es
Warren Buffet, que acostumbra a llevar la contraria al resto de inversores. Así,
el tercer hombre más rico del mundo no ha dudado en apostar por Philips 66, una compañía norteamericana dedicada al refino y al transporte de crudo, en la que ha metido más de 830 millones de dólares.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com