• La 'megaembotelladora' europea cae un 8,45% en su primer mes en la bolsa de Madrid y continúa a la baja en julio.
  • Por tanto, no cumple con las optimistas previsiones de los analistas... la incertidumbre y el Brexit se han hecho notar.
  • Pero eso no preocupa a sus grandes accionistas españoles: Coca-Cola Iberian Partners reparte 150 millones en dividendos, de los que Sol Daurella se lleva 83,4 millones.
  • Mientras, sigue olvidándose de los empleados de Fuenlabrada y del centro logístico en que se iba a convertir dicha planta.
  • Y el conflicto surgido tras el ERE dura ya más de 29 meses.
Coca-Cola no puede estar contenta, pues la salida a bolsa de su 'megaembotelladora' europea no ha ido tan bien como esperaba. Parece que el Brexit, la preocupación por sus grandes accionistas y el hecho de que sigue burlándose de España le han pasado factura. En su primer mes, en la bolsa de Madrid, Coca-Cola European Partners (CCEP) ha caído un 8,45%, respecto a los 35,5 euros con los que se estrenó el pasado 2 de junio. Pero su cotización continúa a la baja en julio: el pasado lunes, se situó en 32,5 euros y este martes, se ha quedado en torno a los 31,6 euros. Por lo tanto, CCEP no ha cumplido con las optimistas previsiones de los analistas. Y es que la incertidumbre en los mercados, el Brexit se han hecho notar y que no haya habido mucho volumen en negociación se han hecho notar. Además, conviene subrayar que Reino Unido aporta el 20% de su facturación y eso no es baladí. Pero este regular rumbo en bolsa parece no preocupar demasiado a sus grandes accionistas españoles porque el embotellador español, Coca-Cola Iberian Partners (CCIP), dueño del 34% de la 'megaembotelladora' europea, ha repartido 150 millones de euros en dividendos. Una cifra que es superior a la prevista (100 millones) y de los que su máxima dirigente y actual presidenta de CCEP, Sol Daurella (en la imagen), se ha llevado 83,4 millones, según informó Voz Pópuli. Mientras, sigue burlándose de España, pues ha concentrado la producción en fábricas de cuencas de agua con problemas, como Valencia, y Fuenlabrada sigue sin ser el centro logístico que prometieron. De hecho, los empleados que fueron readmitidos en la planta madrileña son los grandes olvidados: no tienen las mismas condiciones ni los mismos puestos, sino que apenas tienen carga de trabajo efectiva y son vigilados. Además, el conflicto surgido tras el ERE, con beneficios, dura ya más 29 meses. Cristina Martín cristina@hispanidad.com