- Al parecer, la multinacional relojera no tiene director financiero ni responsable de inversión.
- Tras ceder ante los particulares, ahora, los jueces también condenan a Bankia a pagar a los institucionales.
- Al final, la operación que contó con el asesoramiento de las firmas más prestigiosas del mundo, ha resultado un engaño.
Bankia no gana para disgustos. Ahora ha sido condenada, por el Juzgado de Primera Instancia número 98 de Madrid, a devolver el dinero que
Festina Lotus invirtió en la salida a bolsa de la entidad, en julio de 2014. En total, dos millones de euros, según el despacho
Bufete Rosales, que ha llevado el caso.
En definitiva, la OPV de
Bankia se ha convertido en un cachondeo. Al parecer, los inversores institucionales no tienen director financiero ni responsable de inversiones. Al parecer, invierten los millones al tun tun, sin saber muy bien lo que están haciendo.
Ojo, porque no es la única. Hasta la fecha, hay siete inversores institucionales que han demandado a Bankia y han obtenido una sentencia favorable. Pobrecitos. ¿
Habrían demandado igualmente si la cotización del banco se hubiera disparado? Seguro que no, porque en ese caso no habrían encontrado ninguna irregularidad en la información facilitada. ¿Me explico?
Sea como fuere, el asunto no es ninguna broma. De los 3.092 millones de euros captados por la entidad en la OPV, los institucionales aportaron 1.237 millones. Algunos, como
Mutua Madrileña, no demandará a la entidad que preside
José Ignacio Goirigolzarri, pero aún así, son muchos millones los que están en juego.
Y otrosí: ¿Por qué Juan Español, que no compró acciones de Bankia porque no puede ahorrar, tiene ahora que pagar por las pérdidas de una empresa que sí invirtió en la OPV? Porque no nos engañemos, Bankia es del Estado, es decir, de todos los contribuyentes, y cualquier sentencia desfavorable va en detrimento de los propietarios, esto es, de los contribuyentes.
Oiga usted, inversor institucional, si su inversión fue fallida a lo mejor tiene que pedir explicaciones a su responsable de inversiones.
Y si la información de la OPV era engañosa, pedir explicaciones a la CNMV y al
Banco de España.
Pero no. Tras ceder ante los particulares, los jueces -todos sabemos que son expertos en finanzas- también condenan a Bankia a pagar a los institucionales. Al final, la operación que contó con el asesoramiento de las firmas más prestigiosas del mundo mundial, resultó ser un engaño. ¿O no?
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com