• Está previsto que a finales de mes se produzca la primera visita oficial del ministro de Transportes saudí.
  • El titular de Fomento en funciones tratará con él los temas más delicados del 'megaproyecto': plazos de entrega y sobrecostes.
  • Hace unos días llamó a capítulo a Vázquez, tras cesar al 'popular' Antonio Aguilar en Renfe y sustituirle por el 'socialista' Abelardo Carrillo.
  • Cambio que destapa la lucha por el poder en la empresa pública ferroviaria y que tiene el sello de Berta Barrero, mano derecha de Vázquez.
  • Mientras, el presidente de Renfe hace un poco de paripé: viajará regularmente a Arabia Saudí para negociar, a pesar de que ya hay un árbitro internacional.
El panorama en el AVE La Meca-Medina sigue siendo delicado y más si cabe con las desavenencias de sobra conocidas entre el presidente de Renfe y del consorcio español, Pablo Vázquez, y el Gobierno en funciones. Este último no oculta su cabreo y opta por desautorizarle: Rafael Catalá, ministro de Fomento en funciones, se reunirá con su homólogo saudí, Sulaiman bin Abdullah Al-Hamdan, en España. Está previsto que a finales de mes (en torno al día 26) se produzca la primera visita oficial del ministro de Transportes saudí a nuestro país, que lleva cinco meses en el cargo. Una cita en la que se tratarán los temas más delicados del 'megaproyecto': los plazos de entrega y los sobrecostes. En el primer asunto, las cosas pintan mejor ya que se logró una prórroga de 14 meses hasta el 15 de marzo de 2018. Ahora con cuatro de las seis fases prácticamente terminadas se aspira a un nuevo aplazamiento de diez meses, postergando la entrega hasta principios de 2019. Eso sí, los retrasos no son solo culpa del consorcio español: el chino -encargado de la estructura de la línea (catenaria, señalización…)- está entregando 18 meses después de lo que deberían. Además también hay retrasos en los pagos por parte de Arabia Saudí. Pero en el tema de sobrecostes puede haber más de una tormenta de arena. Y es que a las diferencias de cifras que puede haber entre los dos países hay que sumar las que se pueden producir dentro del consorcio español formado por 12 empresas. Volvamos al cabreo del Gobierno. Hace unos días, Catalá (que asumió el cargo de ministro de Fomento en funciones en julio cuando Ana Pastor fue elegida presidenta del Congreso) llamó a capítulo a Vázquez, tras el cese del 'popular' Antonio Aguilar como director de Mercancías de Renfe y su sustitución por el 'socialista' Abelardo Carrillo. Cambio en la empresa pública ferroviaria que tiene el sello de Berta Barrero, directora general de Operaciones y mano derecha de Vázquez, y ha destapado la lucha por el poder que hay dentro de la empresa pública ferroviaria. Además no es el único que se ha dado en los últimos meses: en julio, Vázquez destituyó a Héctor Izquierdo como auditor interno por decir que el proyecto del AVE La Meca-Medina se planificó mal. Y ojo, Catalá no es nuevo en la cartera de Fomento. Hasta septiembre de 2014 (cuando fue elegido ministro de Justicia en sustitución de Alberto Ruiz-Gallardón) fue secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda -cargo que ahora ocupa Julio Gómez-Pomar, quien antes presidió Renfe y no se lleva muy bien con Vázquez-. Es por ello que su próximo encuentro con el ministro de Transportes saudí se puede ver como algo más que un encuentro diplomático. Mientras, el presidente de Renfe parece estar tranquilo (no quedaría muy bien que le destituyera un Gobierno en funciones). También aprovecha para hacer un poco de paripé: viajará regularmente a Arabia Saudí para negociar, a pesar de que ya hay un árbitro internacional -el escocés Paul Taggart- designado por ambas partes. Cristina Martín cristina@hispanidad.com