• Estudia ya impugnar la norma, que viola "las más elementales reglas de igualdad ante la ley".
  • El decreto permitirá regalar espectro y frecuencia a Cablevisión-Nextel, el grupo que ayudó a Macri a llegar al poder.
  • Pero el Gobierno esconde sus intenciones con el ropaje de que su reforma favorece la competencia.
La reacción de Telefónica al decreto del Gobierno argentino sobre la reforma en el mercado de telecomunicaciones no se ha hecho esperar, básicamente porque parece pensada para beneficiar a Clarín, el principal grupo de medios de comunicación y el gran competidor de Telefónica. Telefónica Argentina, la filial de Telefónica en ese país, ha anunciado ya, de hecho, que estudia "posibles acciones judiciales", porque ese decreto supone, en la práctica, regalar espectro y frecuencias -las mismas por lo que otros grupo han tenido que pagar bastante dinero-, aunque la norma se vista para la ocasión como un modo de promover la competencia en ese mercado. El decreto incluye, en efecto, la asignación de nuevas frecuencias de telefonía móvil, que entraría en vigor en 2018, y permite algo que no era posible hasta ahora: que las empresas de medios de comunicación, como Cablevisión/Nextel (Grupo Clarín), ofrezcan servicios de telefonía o Internet. Eso y "violar las más elementales reglas de igualdad ante la ley" es lo mismo, a juicio de Telefónica, que tiene claro que el único fin de favorecer a un solo sector, el de los medios de comunicación. Es algo a lo que no se atrevió la anterior presidenta, Cristina Kirchner, y a lo que sí parece entregado el nuevo, Mauricio Macri (en la imagen), consciente del apoyo que le prestó el Grupo Clarín para que llegar al poder. Favor con favor se paga, como quien dice. El decreto abre la posibilidad también a que las empresas de telefonía puedan ofrecer televisión por cable, lo que permitiría también a Telefónica, Telecom y Claro empezar a comercializar ese servicio a partir de enero de 2018, pero no resiste comparación lógica en el reparto del mercado. Según Telefónica, "se estarían creando mecanismos para la asignación de espectro radioeléctrico que se alejan de las prácticas recomendadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la OCDE". El Gobierno, sin embargo, se agarra a la idea de la competencia y espera a nuevas inversiones en el sector de las telecomunicaciones. Estiman que podrían llegar a alcanzar los 20.000 millones de dólares en los próximos cuatro años. Rafael Esparza