- No se venden los activos previstos.
- No se ha resuelto la deuda de proveedores.
- Ni los procesos concursales de EEUU y Brasil.
- Y se está inflando la percepción de dividendo de Atlántica Yield.
- A pesar de que se cierren los flecos sobre la reestructuración de deuda, el futuro se presenta muy negro.
- Según fuentes bancarias, si seguimos así estamos abocados al concurso de acreedores en octubre.
- En sentido contrario, a Abengoa le preocupan las usurarias condiciones financieras que exigen los fondos buitre.
El futuro de Abengoa sigue de color de hormiga, a pesar de las noticias de los últimos días que apuntan a un
principio de acuerdo entre la banca acreedora y los fondos buitre. A ver si nos entendemos: ese acuerdo -por cierto, todavía no se ha firmado- sólo aportará liquidez a la compañía. Es muy importante, ciertamente, pero no es lo más importante.
Lo más importante es el después, es decir, el
plan de negocio. Y eso es, precisamente, lo que le está reprochando la banca acreedora al equipo capitaneado por el presidente,
Antonio Fornieles (
en la imagen) y el consejero delegado,
Joaquín Fernández de Piérola.
Para empezar, no se están vendiendo los activos previstos, uno de los puntos más importantes del plan de negocio a día de hoy. Es cierto que
ayer miércoles vendió Abentel, su filial de redes de telecomunicaciones, a Ericsson, pero no es suficiente. Me dirán que se han vendido más activos en los últimos meses, y es cierto, pero, según la banca,
el ritmo de las operaciones es muy inferior al previsto inicialmente y los activos se deprecian a medida que pasa el tiempo y la urgencia de vender se intensifica..
No es el único punto negro. Todavía no se ha resuelto la
deuda de proveedores, que alcanza los 4.400 millones de euros. Una cantidad nada desdeñable y que podría echar por tierra cualquier acuerdo previo entre los bancos y los fondos buitre.
Pero cuidado, porque tampoco están resueltos, a día de hoy, los procesos concursales de Estados Unidos --
Abengoa Bioenergy, con una deuda financiera de 5.000 millones de dólares- y Brasil, donde tres filiales que acumulan una deuda de 700 millones de euros han solicitado el concurso de acreedores.
A todo esto, según la banca acreedora, se está inflando la percepción del dividendo de
Atlántica Yield, la joya de la corona, de la que
Abengoa posee el 40%.
En resumen, aunque la banca acreedora y los
fondos buitre logren cerrar los flecos de la refinanciación, el futuro de la multinacional andaluza sigue siendo muy negro. Es más, según fuentes bancarias, si seguimos así estamos abocados al concurso de acreedores en octubre.
En el sentido contrario, a Abengoa le preocupan las usurarias condiciones financieras que exigen los fondos buitre.
No nos sorprende. Y más exigirán cuanto más necesaria sea su aportación. A los
fondos buitre les importa poco el futuro de Abengoa. Sólo les preocupa el retorno de su inversión.
En definitiva, salvo que el Santander imponga su ley -es decir, ponga más dinero-, esto acaba en los tribunales.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com