Descubrir, amar y preservar la naturaleza se ha convertido en el leitmotiv de la vida del aventurero, escritor y director de cine francés, Nicolas Vanier. Precisamente ese interés medioambiental le llevó a conocer la gesta de Christian Moullec, a quien llaman en Francia, “Birdman” (el hombre pájaro), un estudioso de las aves y su comportamiento migratorio, que le condujo a realizar una insólita proeza para salvar al ganso pigmeo: nada menos que conducirles y enseñarles las rutas migratorias. Vanier, con mucho talento, ha ficcionado estos hechos reales en un drama familiar, convirtiendo en protagonista a un adolescente.

Se trata de Thomas, un chico obsesionado con los videojuegos, que no desea pasar sus vacaciones en plena naturaleza con su padre, científico dedicado al estudio de los gansos salvajes y sus procesos de migración. No obstante, la pasión de su progenitor les hará unirse para, mediante un ultraligero, conseguir salvar a una especie de ave en extinción volando por los cielos de Europa.

Desde el principio Vanier y su equipo tuvieron claro que no querían incluir en su película imágenes de pájaros generadas por ordenador, deseaban que todo lo que se viera en pantalla fuera auténtico. Seis meses les costó criar a los pájaros para filmarlos, paso a paso, durante su crecimiento e impregnación para volar junto a un ser humano. El resultado es un canto a la naturaleza, un mensaje claro y directo hacia las nuevas generaciones, obsesionadas por la tecnología y los videojuegos, para que abran la ventana y salgan a disfrutar de la belleza de la Naturaleza, que está en todas partes.

En el argumento, además del complicado reto en la gestación de esta aventura, Vanier ha introducido una subtrama emocional sobre los problemas actuales de comunicación, incluso entre seres queridos, que acaban produciendo rupturas familiares si no se cuida ese aspecto fundamental.

La película ofrece imágenes maravillosas de esos vuelos, en los que tampoco hubo dobles; salvo alguna escena aérea en la que participó Christian Moullec. Los actores que interpretan al padre e hijo en la película, Jean-Paul Rouve y Louis Vázquez, fueron los que volaron en el ultraligero al lado de las aves, una experiencia sin duda irrepetible.

Para: los que les gusten las gestas singulares y les completen los films que son un canto a la naturaleza.