El actor Arnold Schwarzenegger se enfrenta a uno de los papeles más dramáticos de su carrera en una historia basada en hechos reales; más en concreto en el drama personal que padeció Vitaly Kaloyev, un arquitecto ucraniano que juró represalias después de que su mujer y su hija embarazada murieran en un accidente aéreo causado por el error humano de un controlador de vuelo. La fatalidad entrecruza la vida de dos desconocidos, ambos hombres honrados y buenos padres de familia, cuando todo se convierte en tragedia: el uno como víctima, el otro como responsable involuntario. Este thriller plantea dilemas morales que pueden aparecer en la vida cotidiana y la peligrosa espiral que puede generar un hecho violento. A pesar de su corrección, por la modestia de medios y la sencilla narrativa visual,  parece más propio de un filme hecho para televisión. Seguramente se estrena en cines por la presencia, al frente del reparto, del musculoso Schwarzenegger, sobre quien reposa todo el peso de la trama. Hay que aclarar que no sale mal parado del envite. Para: Los que les gusten los dramas reales, siempre más trágicos que los ficticios Juana Samanes