El cineasta germano Wim Wenders lleva ofreciendo, desde los años 80 del pasado siglo XX en películas profundas como Paris, Texas o El cielo sobre Berlín, magníficos estudios metafísicos que dan vuelta a la esencia misma del hombre y a las preguntas trascendentales que se plantea cualquier individuo.   Así, en este último estreno, la melancólica Todo saldrá bien sale a la luz el sentido de culpa, la fortaleza que implica el saber perdonar y la búsqueda de redención, utilizando el paso del tiempo a través de las diferentes estaciones (la película recorre 12 años). Tomas Eldan es un prometedor escritor que se ve involucrado en  un dramático accidente de coche en el que muere un niño. A partir de ese momento los tres personajes afectados por este asunto: la madre y el hermano del fallecido, y el propio Tomás, llevarán una existencia algo desorientada. En el caso del escritor, a pesar de no ser responsable de lo ocurrido, se replanteará su vida desde cero con el objetivo de encontrar la paz interior y poder seguir adelante. El regreso de Wim Wenders a la ficción, tras su trabajo en los documentales Pina y La Sal de la tierra lo hace tomando como base una historia original del joven guionista noruego Bjørn Olaf Johannessen. Ideal para los estetas, esta película preciosista cuenta con una impresionante fotografía de Benoît Debie (que no necesitaba el 3D) y la banda sonora del siempre excelente compositor Alexandre Desplat. James Franco (actualmente en la cartelera por Una historia real) realiza una convincente interpretación de su torturado personaje, bien acompañado de Charlotte Gainsbourg  y Rachel McAdams. Para: Los que opinan que el cine es el séptimo arte Juana Samanes