Bonnie, la niña heredera de los juguetes de Andy, tiene que ir al colegio. En su primer día de adaptación al centro la pequeña se hará un amigo especial: Forky, un muñeco fabricado con materiales de deshecho, que está convencido de que es basura. Consciente de sus “orígenes” Woody intentará convencer a ese singular “tenedor” de que es un juguete, convirtiéndose  en su guardián, todo ello con el objetivo de que Bonnie no sufra. A partir de un viaje familiar, Woody se reencontrará con amigos del pasado y demostrará su inteligencia pero, fundamentalmente, su buen corazón.

A pesar de utilizar prácticamente los mismos elementos argumentales que las tres anteriores entregas: la búsqueda y rescate de uno de los juguetes, Toy Story 4 posee un guión muy inteligente, con diálogos descacharrantes y situaciones muy divertidas. Uno de los escenarios principales de la acción es una tienda de antigüedades, que brinda escenas memorables, en las que se juega con el imaginario popular del cine de terror, debido a la fisonomía de algunos muñecos que aparecen en ella, que resultan bastante siniestros y podrían estar encerrados, perfectamente, en la sala prohibida de los Warren, el famoso matrimonio de investigadores paranormales que está brindando momentos geniales en el género, que provoca sobresaltos. En ese lugar aparecen personajes más oscuros que entregas anteriores, salvo el malvado oso Lotso, de Toy Story 3. Seguramente esos golpes de humor nos hacen más gracia a los adultos que a los niños.

Detrás del ingenio a borbotones de este relato, de animación impecable, se encuentra  Andrew Stanton, responsable del guión de toda la saga, y que aquí está acompañado de una lista de escritores en imágenes que han hecho una labor magnífica. No se limitan a contar una graciosa historia sino que se permiten hablar de la soledad, de los miedos a no ser aceptados, de libertad, de la necesidad de cualquier menor a ser querido y también de la importancia de educar bien a los niños y a no convertirlos en seres materialistas.

Merece la pena.

Para: los que vieron las anteriores películas de Toy Story y, en general, para los que les agraden las buenas películas de animación y quieran reírse