Todos aquellos que vieron Incendies o Prisioneros tienen situado al director canadiense Denis Villeneuve como uno de los mejores cineastas de la actualidad. Eso sí, aviso para navegantes, no es de los que acostumbran a utilizar "tiritas" en las heridas porque, en sus películas, la violencia se muestra de forma explícita y no le agrada  edulcorar situaciones. En la frontera entre México y Estados Unidos, el FBI descubre una mansión del terror  cuyas paredes esconden decenas de cadáveres asesinados por un importante cártel mexicano. Impresionada por esta barbarie, una idealista agente de ese cuerpo, llamada  Kate Macer, es reclutada por un oficial de las fuerzas especiales de EEUU para localizar,  y detener, a un importante "capo" de la droga del clan de Sonora. El cerebro de estas operaciones encubiertas es un misterioso y resolutivo individuo, un auténtico mercenario, que responde al nombre de Alejandro. Escenas de acción rodadas con una gran maestría técnica (perfecta la utilización de planos cenitales para mostrar la longitud de los túneles de los narcos) se alternan con situaciones brutales del mundo de la droga. Colabora de forma significativa a la atmósfera inquietante de este relato el magnífico trabajo del director de fotografía Roger Deakins (Fargo, No es país para viejos, El lector, Valor de ley y un larguísimo etcétera). Y, como tema de fondo, la teoría del mal menor;  la imposibilidad de luchar dentro de la legalidad contra un enemigo sin escrúpulos. Sobre el reparto, la británica Emily Blunt vuelve a demostrar su versatilidad interpretativa,  bien acompañada de dos "duros" del cine como son Benicio del Toro y Josh Brolin. Los tres están magníficos en esta película  inclemente, que deja sin respiración sumergiéndonos en escenarios tan peligrosos como la ciudad mexicana  de Juárez, donde la vida humana no tiene ningún valor. Asombra que esta historia sea obra de Taylor Sheridan con una carrera corta como guionista y más conocido como actor secundario. Lo único innecesario de este filme es la subtrama del policía corrupto de la frontera, que va intercalándose a través de toda la trama y, de alguna forma, ralentiza su trepidante desarrollo. Para: Los que les guste el cine de calidad aunque contenga escenas duras y violentas Juana Samanes