Dos frases resumen el tono más adulto de esta propuesta galáctica: "Confunden paz con terror", pronunciada por el senador Organa (padre adoptivo  de la princesa Leia) y "Las rebeliones se construyen sobre esperanzas", mencionada en otro momento de la película. Para los seguidores de Star Wars, este spin-off, es decir, una aventura derivada de otra anterior, posee un tono más oscuro y más bélico, pero sigue siendo muy recomendable. Dos décadas después de lo acontecido en Star Wars: La venganza de los Sith, la Alianza vive sus peores momentos puesto que los Jedis han sido prácticamente extinguidos tras la matanza ordenada por el malvado canciller Palpatine convertido en  emperador. En ese escenario de desesperanza, un grupo de rebeldes variopintos, encabezados por la hija del científico que ha contribuido, fundamentalmente, en el diseño de la poderosa Estrella de la muerte (capaz de destruir planetas), se empeñarán en robar los planos de esa monumental arma definitiva del Imperio con el objetivo de destruirla. Lo primero que llama la atención de Rogue One es que enlaza, de forma perfecta, entre los capítulos III y IV de la saga de Star Wars. Por tanto, aunque se haya anunciado como una película independiente y aparezcan nuevos personajes, su guión está muy bien engrasado para que nada "chirríe". De forma clara, esta cinta se asemeja a la trilogía original y al capítulo VII: Star Wars, El despertar de la fuerza, por la mesura en la utilización de efectos digitales y su apuesta por escenarios reales. Gareth Edwards, con una breve y no brillante carrera profesional como director (Godzilla), deslumbra filmando escenas que parecen extraídas de una guerra real. Y eso se aprecia claramente cuando rueda el enfrentamiento que discurre en las calles de la  ciudad de Jedha, refugio de un líder rebelde bastante violento y que va a "su aire". Entre los apartados que pueden provocar cierto debate entre los seguidores de la saga galáctica se encuentra la introducción innecesaria de algunos cameos y, fundamentalmente, la apuesta por digitalizar (con resultados más que discutibles) a actores fallecidos como el gran Peter Cushing (que interpretaba al villano  Wilhuff Tarkin, en Star Wars IV. Una nueva esperanza) e, incluso, el rostro de algún carismático  personaje de la saga. Para: Los forofos de la trilogía original y cualquier aficionado al cine de aventuras y acción Juana Samanes