Sobrevalorado film independiente, dirigido por el  actor nominado al Oscar Jonah Hill (El lobo de Wall Street, Moneyball) que narra las visicitudes de un adolescente que empieza a vivir sus primeras experiencias en la ciudad de Los Ángeles en los años 90.

Stevie tiene solo 13 años y habita en el seno de una familia con una madre ausente y un hermano asocial, problemático y violento, del que continuamente es víctima de su mal humor. En pleno verano, Stevie se hace amigo de unos chavales más mayores que ha conocido en una tienda de skate.

La naturalidad es la carta de presentación de este film, que ha gustado muchísimo al otro lado del charco, donde ha sido calificado como una de las 10 mejores películas independientes del año y ha sido nominada a los premios Independent Spirit Awards al mejor montaje. Realmente en Europa no nos resulta tan admirable, porque se realizan films de este tipo que rebosan autenticidad y donde se indaga sobre el paso de la infancia  a la madurez. Un drama urbano donde se ahonda sobre la soledad deshumanizada en la que viven muchos niños-adolescentes, procedentes de hogares desestructurados, y donde la máxima es sentirse acompañado, valorando por encima de todo la amistad, pero sin ningún sentido de la vida salvo la supervivencia.

Jonah Hill ha declarado que no se trata de una película autobiográfica, pero que sí contiene elementos de su propia vida, como su afición al skate, que practicaba constantemente cuando era menor.

No obstante, hay un elemento totalmente fuera de lugar en el film, es la careta de Trump, que porta el hermano asocial del protagonista en una secuencia. Es absurdo que la lleve en su cabeza, en los años 90, cuando entonces el actual presidente de EEUU era, simplemente, un empresario, conocido a nivel popular por algunos cameos que realizaba en películas como Solo en casa.

Para: los que les interesen las películas independientes sean de la nacionalidad que sean.