Buenos actores para una historia fina de lenguaje grueso

Empecemos por el final. Entre los méritos de esta cinta se encuentra la presencia de los veteranos Anthony Hopkins y Ben Kingsley en papeles secundarios y actuando como mafiosos rivales. Kigsley está histriónico pero engancha en su papel de malvado macarra, mientras Hopkins interpreta a un villano más cerebral pero igual de letal.

La trama no es novedosa pero, en imágenes, se sostiene bien gracias a un montaje dinámico. Un joven metido en trapicheos decide dejarlos y apostar por un trabajo honrado cuando se enamora de una chica, pero tiene que volver a retomarlos cuando ella cae enferma, para sortear el pago de su cuenta médica.

Con mucha adrenalina, este thriller de acción mezcla, a partes iguales, velocidad con romanticismo, pero también violencia y vocabulario grueso. Llega a las salas españolas con dos años de retraso sobre su estreno en Alemania, puesto que se trata de una coproducción europea. 

Para: Los que no se aburran con las  películas de acción que incluyen muchas persecuciones de coches