El director John Lee Hancock, con películas tan potentes como The Blind Side, Al encuentro de Mr. Banks o El fundador, dirige una historia original, que escribió hace 30 años, donde quería estudiar la naturaleza descarnada del trabajo policial como un medio para explorar el lado intelectual y psicológico de la resolución de crímenes. Hace tres décadas este filme hubiera sido todo un revulsivo para el género, donde abundaban las parejas de policías “colegas”. Sin embargo, en la actualidad, este thriller utiliza los mismos mecanismos que una serie de televisión tan famosa como “Mentes criminales”. A pesar de ello el thriller de Hancock interesa porque su trama mezcla perfectamente la acción con esa profundidad psicológica. No obstante, sin recrearse, cuenta con algunas imágenes sórdidas.

“Los detalles más insignificantes son los que te destrozan”, eso le dice el veterano aguacil de Kern al joven sargento de policía, Jim Baxter, cuando ambos trabajan juntos, en la ciudad de Los Ángeles, con el objetivo de atrapar a un asesino en serie de muchachas jóvenes.

Sin duda ha sido una decisión correcta que este thriller se desarrolle en los años 90, cuando lo escribió y concibió Hancock, una época en la que la tecnología o las pruebas de ADN no estaban tan desarrolladas como ahora, lo que ralentizaba la investigación de la escena de un crimen.

En Pequeños detalles volvemos a saborear lo que son magníficas actuaciones de un plantel de respetados intérpretes: Denzel Washington, Rami Malek o Jared Leto, éste último nominado a los Globos de Oro como mejor actor secundario por este film. Los tres personajes que encarnan mantienen un pulso dentro de una historia plagada de elementos oscuros donde el suspense va aumentado a medida que avanza el metraje. A destacar el personaje torturado que interpreta Denzel, que se involucra en el caso que le obsesiona desconociendo si así quiere redimirse o sólo cerrar página. Igualmente la película incide en esos asesinos que cosifican a las personas como método para un malsano disfrute personal.

Formalmente cuenta con un equipo técnico de campanillas (habituales colaboradores de este cineasta y todos ellos nominados al Oscar en su carrera) que  realizan una perfecta factura visual, hablamos del director de fotografía John Schwartzman, el diseñador de producción Michael Corenblith o el famoso compositor Thomas Newman (1917, El puente de los espías o Al encuentro de Mr. Banks).

Para: los que no les asuste la maldad del hombre, capaz de cosificar a las personas por un disfrute malsano.