Merecidamente galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, narra las peripecias de la familia Ki-taek, que vive al borde del abismo económico porque todos sus miembros están en paro, pero a los que la suerte parece sonreír cuando el hijo empieza a dar clases particulares en la casa de la riquísima familia Park.

A las alturas de año que estamos, nos atrevemos a afirmar que Parásitos es una de las mejores y más originales comedias del año debido a que se trata de un disparatado film que mezcla con acierto diversos géneros. Empieza como una comedia picaresca que, a mitad de metraje, pasa a negra, a la que envuelve un toque social sobre las diferencias entre ricos y pobres, que viven tan cerca pero tan lejos. Nuevamente asombra, la igualdad de todos los seres humanos al afrontar sentimientos, porque aunque este largometraje está dirigido por el coreano Bong Joon Ho, las situaciones sociales que describe se producen en cualquier país europeo o de América del norte.

La película cuenta con escenas impredecibles, que producen la reflexión a la vez que la carcajada, pero una de las sentencias más  amargas que se recuerdan es cuando se alude  al “olor de la pobreza”, ese que se adhiere al cuerpo si vives en condiciones de miseria.

Para: imprescindible para cualquier cinéfilo.