Anthony es un octogenario que vive solo en su apartamento de Londres y no está abierto a la ayuda que intenta ponerle en casa su hija Anne. Pero cuando esta decide trasladarse a Paris, esa necesidad se convierte en prioritaria, más aún cuando la mente de Anthony está cada día más confusa.

Como habrán leído, el eje de este impresionante drama familiar es la demencia senil “en carne viva”, donde no se ponen paños calientes en los devastadores efectos que producen en una persona y en sus seres queridos.

Supone las traslación al cine de la obra de teatro homónima del dramaturgo  Florian Zeller, que se ha representado en Paris, Londres, Broadway y Madrid. En la capital española  los personajes principales fueron encarnados por Hector Alterio y Ana Labordeta en el año 2016.

Se trata de una película que duele porque se arriesga a que, en determinados momentos, contemplemos lo que pasa por la mente de ese anciano que, debido a su deterioro mental y confusión, cada vez se aleja más de lo que fue, de su familia y sus afectos. Realista cien por cien, también asistimos a una reacción habitual de los ancianos: su rechazo a ser ayudados.

Anthony Hopkins realiza una actuación de Óscar, y Olivia Colman (ahora de plena actualidad por su interpretación en la serie televisiva The Crown) le secunda perfectamente.

Para: los que les gusten los dramas potentes y realistas