Menos frívola que la primera, pero...

Cuando se cumplen 10 años del estreno del musical de Mamma mía!, que recaudó la friolera de 600 millones de dólares en todo el mundo, se estrena la segunda entrega que, temporalmente, es una precuela, puesto que cuenta la historia de cómo Donna conoció a sus tres pretendientes -y algo más-de la primera película, a la vez que se narran sus vidas en el presente, cuando se va a producir el reencuentro de todos, en la apertura de un nuevo hotel puesto en marcha por su hija Sophie…

En esta nueva incursión han cambiado el director y los guionistas pero la diferencia fundamental estriba en el tono. Mientras la original suponía un derroche de locura, alegría y buen humor, a la par que de frivolidad en las relaciones personales, esta es más “blanca” en sus contenidos nostálgicos pero menos divertida. Eso sí, se ha hecho un esfuerzo especial porque el texto de las canciones se insertase mejor en el desarrollo de la trama.

Un relato con un reparto extenso debido a que vemos a todos los personajes en su versión juvenil y veterana. Y aunque los jóvenes galanes que interpretan a los “tres novios” en sus años mozos son muy atractivos, hablamos de Jeremy Irvine, Josh Dylan y Hugh Skinner, desgraciadamente no poseen el carisma de los veteranos Pierce Brosnan, Stellan Skarsgård y Colin Firth, quienes en cuanto aparecen en pantalla provocan mucha más empatía. Lo mismo ocurre con Donna, encarnada por Lily James, y sus amigas, cantan y bailan mejor que sus versiones veteranas pero nunca provocan tanta simpatía como las originales.

A pesar de ello, si van a contemplar Mamma mía! Una y otra vez para disfrutar, fundamentalmente, de las canciones de ABBA quedaran satisfechos en diversos momentos. Uno de los temas mejor interpretados es “Fernando”, que suena genial en la increíble voz de Cher, que se incorpora al reparto de la película.

Para: Los que bailaron al son de Mamma mía!