Esta adaptación cinematográfica de Macbeth sigue con fidelidad la tragedia de William Shakespeare y hace una apuesta visual impresionante. A Macbeth, un noble escocés, un trío de brujas le profetizan que un día se convertirá en el rey de su patria. Consumido por la ambición, y alentado por su propia esposa, Macbeth asesina a su monarca y ocupa el trono. Ha sido el director australiano, Justin Kurzel, quien no ha tenido ningún complejo de llevar, de nuevo, a la gran pantalla esta obra de Shakespeare de la que ya habían hecho su particular versión grandes cineastas como Orson Welles o Akira Kurosawa. El resultado es inmejorable, no sólo porque ha sabido abordar el dramatismo que encierra la lucha por el poder sin cortapisas, sino porque también ha afrontado con calidad la parte épica de la historia (las batallas) e incluso la relación amorosa-tóxica entre Macbeth y su esposa. Con una recreación del Medievo meritoria, especialmente cuidada en detalles, y una fotografía magistral de Adam Arkapaw, esta adaptación también se beneficia de una pareja protagonista "de campanillas": Michael Fassbender (12 Años de esclavitud, Malditos Bastardos) y la ganadora del Oscar Marion Cotillard (La vida en rosa, Pequeñas mentiras sin importancia) que ofrecen un recital interpretativo. Para: Los que les gusten los clásicos bien trasladados al cine Juana Samanes