Precuela y secuela, y no se me pierdan, de Blancanieves y la leyenda del cazador, esta nueva entrega fantástica llega a los cines cuatro años más tarde de ese éxito de taquilla, sin contar ni con su director, Rupert Sanders, ni con su protagonista, Kristen Stewart, lo que ha situado como héroe indiscutible a el "cazador" Chris Hemsworth, muy popular entre el público joven por su encarnación de Thor. La ambiciosa  reina Ravenna traiciona a su hermana, la bondadosa Freya, lo que provocará que ésta congele sus sentimientos y se convierta en otra tirana incapaz de consentir que nadie conozca el amor en su reino de hielo. No obstante, dos de sus pupilos-soldados: el cazador  Eric y la arquera Sara se enamorarán, mientras entrará en jaque la búsqueda del peligroso espejito mágico… Si les comento que el director de este largometraje es Cedric Nicholas Troyan, que era el supervisor de los efectos visuales de la primera entrega de Blancanieves, ya tomarán nota de que ese aspecto está resuelto de forma satisfactoria en esta película. Tampoco nada que objetar a su arranque, que recupera el tono oscuro que poseen muchos cuentos de hadas inspirándose, lejanamente, en La reina de las nieves, de Andersen, y que reivindica el poder del amor por encima de cualquier situación. Pero transcurridos  los primeros 30 minutos de metraje se ofrece un entretenido pero poco original relato de  aventuras que toma elementos de El Señor de los anillos (por aquello de la comitiva de héroes) y donde hay hueco para un duelo de reinas tan hermosas como malvadas. Vamos, que suena a más de lo mismo. Para: Los admiradores de su gran reparto y solo vayan al cine a ver productos  de entretenimiento Juana Samanes