Representantes del poderoso G8 se reúnen en una decisiva cumbre que puede cambiar la economía mundial. Entre los invitados por Daniel Roché, director del Fondo Monetario Internacional, se encuentra un misterioso monje cartujo. Al parecer Roché quiere confesarse esa noche con el religioso y hacerlo en secreto. Pero, a la mañana siguiente, aparece muerto y los políticos que asisten al encuentro quieren saber si le ha transmitido información confidencial. Roberto Andò, al que muchos descubrieron en nuestro país gracias a la inteligente comedia Viva la libertad, se embarca en este thriller bastante original, en el que al igual que en  la película de Hitchcock Yo confieso, en el desarrollo de este filme un grupo de personas está empeñado en que el monje cartujo vulnere el secreto de confesión. Otra cuestión es que el discurso sea algo simple, y bastante tópico, en su visión de los mandatarios de los países ricos. Porque a Andò más que el suspense lo que le interesa es la denuncia sobre el poder omnímodo de unos pocos para cambiar las condiciones de vida de todo el planeta. Eso sí, a nadie se le escapa que resulta un elemento algo increíble la presencia de un "extraño" en una cumbre de estas características pero es una mera excusa para elucubrar sobre otros asuntos como el valor,  la ética personal o el peligro que supone el desprecio de la oligarquía por aquellos que no tienen los recursos económicos suficientes. Para: Los que quieran ver una película interesante de denuncia sobre el poder en la economía mundial Juana Samanes