Secuela de uno de los mayores éxitos de taquilla de Fernando Trueba, La niña de tus ojos, la acción de esta nueva comedia se desarrolla dieciocho años después de los hechos acaecidos en la película primigenia. Mediados de los años  50. Los estudios estadounidenses convierten a España en un plató cinematográfico, tras un tratado firmado entre Franco y Estados Unidos. En ese nuevo escenario regresa al país Macarena Granada, que se ha convertido en una estrella de Hollywood y ha sido contratada para protagonizar una superproducción en la que encarnará a Isabel La Católica. Si la actriz se encuentra en la cumbre de su carrera no ocurre lo mismo con su expareja, el director Blas Fontiveros, a quien todos daban por muerto tras ser detenido en Berlín y que también se presenta en Madrid, por sorpresa, en un ambiente político nada propicio… Con La reina de España, Trueba realiza un filme de "cine dentro del cine" donde parodia absolutamente a todo: la forma de trabajar de los directores y las estrellas americanas, los "asesores" gubernamentales nacionales de las películas, el cine histórico que se hizo en nuestro país (¡qué crítica más frívola se hace de la Reina Isabel!), sin olvidar el ambiente que se vivía en esa etapa franquista. Lógicamente esto se ha traducido en imágenes en una película que se mueve entre el vodevil (como ocurría en La niña de tus ojos) y el drama, por lo que el resultado final queda algo extraño. La parte cómica de la película, a pesar de contener algún gag y diálogo soez, funciona mejor que la segunda, puesto que el retrato de la situación política que vivía España en los años 50 está repleta de tópicos sobre la recurrente mirada del cine español a la Guerra civil española. La falta de ingenio y gracejo puede deberse a la ausencia en el guión del veterano guionista Rafael Azcona, fallecido en 2008. Paradójicamente, aunque La reina de España está realizada para lucimiento de Penélope Cruz, casi con seguridad esta película no será recordada por su presencia sino por dos momentos puntuales muy jocosos: el de la afrenta sexual por parte de un gay que sufre el galán Julián Torralba (interpretado por Jorge Sanz) y los breves instantes en los que Carlos Areces encarna a Franco con una comicidad sorprendente. Para: Los que sigan la trayectoria de Fernando Trueba Juana Samanes