Un trozo de Historia, fundamental no solo para Estados Unidos sino para el resto del mundo, ofrece La guerra de las corrientes, que narra la lucha entre dos grandes visionarios como fueron Thomas Edison y George Westinghouse (interpretados respectivamente por Benedict Cumberbatch y Michael Shannon) para poner en marcha el sistema eléctrico a finales del siglo XIX.

Producida por el mismísimo Martin Scorsese, se trata de un filme de corte clásico dirigido por el joven director Alfonso Gomez-Rejon, curtido como asistente personal de Robert de Niro, Alejandro González Iñárritu o el propio Scorsese.

La película sigue, paso a paso, las dificultades de esos dos prohombres de la era industrial para iluminar el territorio estadounidense, un enfrentamiento que se tradujo en rápidos cambios tecnológicos.

La película, siendo interesante, tiene un arranque algo complicado para los no entendidos en términos como “corriente continua”, pero consigue describir algunas características de la personalidad de Westinghouse (más empresario) y Edison (más emprendedor), de este último claramente retratando la cara más amable. Más acertado es que se destaque el importante papel jugado por el creativo Nicola Tesla.

Sin llegar nunca a entusiasmar recuerda un episodio histórico bastante desconocido, a pesar de haberse estrenado películas clásicas sobre el tema, pero que se alejaban bastante de la realidad.

Para: Los que les interese la Historia.