La inclasificable película con la que Warren Beatty vuelve a la dirección, tras casi diez años de ausencia, podría ser complementaria de el biopic El aviador, que el cineasta Martin Scorsese realizó sobre el excéntrico multimillonario Howard Hughes que lo fue todo: empresario, amante de la aviación, ingeniero autodidacta y director y productor de cine estadounidense. Pero, en esta ocasión, no se trata de una cinta biográfica sino una ficción sobre los cambios que Hollywood, y la sociedad estadounidense, experimentaron a finales de los años 50. Lo hace a través del conflicto que se les plantea a una aspirante y joven actriz y a un ambicioso chófer que se sienten atraídos pero no pueden desarrollar su relación amorosa puesto que desafían la regla número 1 de Hughes: está prohibido que sus empleados mantengan cualquier tipo de relación con las actrices que trabajan para él. Propuesta muy interesante para cualquier aficionado al cine clásico, su desarrollo provoca intencionadamente cierta exasperación en el espectador. Es decir, el ritmo tedioso de algunos momentos de la película tiene como contrapartida el logro de que transmite, exhaustivamente, lo complicado que debía ser trabajar y convivir con un hombre con problemas psiquiátricos auténticos como era el caso de Hughes. Por tanto no podemos hablar de una película fácil, pero en ningún caso fallida, que se mueve entre la comedia y el drama. Para: Los que les guste el cine clásico. Atención al joven protagonista (Alden Ehrenreich) elegido para interpretar a Han Solo en el spin off de Star Wars Juana Samanes