Este largometraje no oculta su carácter catequético. Se notan buenas intenciones pero eso no impide apreciar cierto tufillo de New Age. Un padre de familia cuestiona sus creencias tras el asesinato de su hija pequeña pero será invitado a acudir a una misteriosa cabaña donde se encontrará con alguien, que no espera, y que intentará mostrarle el camino y aclararle verdades existenciales. La traslación al cine de la novela The Shack (2007), de William Paul Young, intenta dar respuestas teológicas,  desde un punto de vista cristiano, a temas tan complicados como el sentido de la existencia del mal en el mundo o del dolor. El tema del perdón está razonado y algunas respuestas están bien explicadas pero, en su afán de ser didáctico, intenta simplificar auténticos dogmas y se atreve a personificar a la Santísima Trinidad y que, en esta película, parecen más una reunión de miembros de la ONU con cierto aire bohemio.  Asimismo contiene  imágenes, especialmente cursis, cuando se permite recrear el paraíso o el cielo,  que difícilmente pueden ser valoradas con seriedad por un creyente. Para: Los que tengan mucha curiosidad sobre el cine religioso protestante que se hace en EEUU Juana Samanes