Los mismos artífices de ¡Rompe Ralph! (2012) han dado el “do de pecho” en esta nueva apuesta de animación que es mejor que la película original. Ahora, el gigantón Ralph y su amiga Vanellope saldrán del mundo de recreativos y viajarán por el emocionante mundo de Internet. Todo ello a la búsqueda de una pieza de repuesto que salve Sugar Rush, el videojuego de Vanellope.

Al igual que ocurría en la primera película de Ralph, la imaginación desbordada en la plasmación del interior del mundo de Internet deja boquiabierto a cualquiera, porque cuenta con una animación increíble.

Eso no les ha hecho dejar de lado el humor, porque la escena en la que aparecen las princesas Disney es genial, divertidísima, pero, desde luego,  en lo que  hace hincapié esta película, como mencionamos al principio, es en el  tema de la evolución de una amistad, que nunca debe ser posesiva y puede tener etapas, más aún cuando se trata de dos seres en pleno proceso de maduración que ven las cosas de diferente forma.

Sobre el mundo de Internet, la cinta da un paso más, sin desmerecer  la maravilla que ha supuesto en el mundo de la comunicación, alerta sobre los riesgos que conlleva cuando hay excesos de algún tipo. Por cierto, ambientar “meterse en las tripas” de la word wide web les dio muchos quebraderos de cabeza, según ha confesado Jim Reardon, jefe de la historia.

De tal forma, que Ralph rompe internet, por su planteamiento inteligente, está más cercana a la excelente Del revés que a otras películas de animación de esta factoría.

Curiosamente, se trata de la primera secuela  cinematográfica de Walt Disney Animation Studios desde Fantasía 2000, que fue una secuela de Fantasía, de 1940.

Para: los que vean cine de animación de calidad