Fue el historiador estadounidense James Truslow Adams el primero que mencionó el término "sueño americano" o, lo que es lo mismo, que, en Estados Unidos, cualquier ciudadano puede triunfar si pone esfuerzo y tiene las habilidades necesarias. El cine se ha encargado, en multitud de ocasiones, de mostrarnos a estos seres afortunados y Joy es la última que llega a las salas de cine. En los años 90, Joy Mangano era una mujer divorciada, con dos hijos a su cargo y una familia totalmente "atípica", puesto que, bajo su techo, no sólo convivía con sus pequeños sino con su abuela, su madre (adicta a las telenovelas), su ex esposo y su padre (separado, a su vez, de su mujer). Con muchas ideas en la cabeza, y una gran responsabilidad sobre sus hombros, esta joven emprendedora inventó lo que vino a denominarse "la fregona mágica" (Miracle Mop) y la televisión hizo el resto. El director David O. Russell ha pretendido innovar, aquí lo intenta recordando la historia de una cenicienta moderna, una mujer peleona cuya lucha por triunfar en el mundo de los negocios está narrada con un tono ligero, a medio camino entre la comedia y el melodrama, pero todo ello envuelto en un halo fantástico que le otorga cierto aire de cuento de hadas. Con ese objetivo, el cineasta utiliza todo tipo de recursos cinematográficos: una brillante iluminación, una música pegadiza, una narradora con voz en off, flashback, etc. Joy quiere rendir homenaje, como se anuncia en su comienzo, a todas las mujeres valientes. Y para demostrar esa fortaleza nadie mejor que Jennifer Lawrence, la actriz favorita del director (trabajó con él en El lado bueno de las cosas y La gran estafa americana). Muy convincente en su cometido, ella  es una de las grandes bazas de la película. Muy en la línea del cine actual, donde hay más heroínas que héroes, esta película se deja ver porque Joy, a pesar de reinventarse, demuestra que esta fémina no se desconectó jamás de su familia, que era su verdadera prioridad. Para: Los que les gusten las historias de superación aunque estén contadas de forma desconcertante Juana Samanes