Traslación al cine, por parte de los estudios Disney, del musical del mismo nombre de James Lapine, que cuenta con música y letras del legendario compositor Stephen Sondheim. El elegido para llevar a cabo esta gran apuesta cinematográfica ha sido el director Rob Marshall, un experto en esas lides con trabajos como Chicago o Nine

Conocidos y jóvenes  actores como Anna Kendrick, Emily Blunt o Chris Pine están estupendos (y muy graciosos) en sus cometidos en este musical que entremezcla y reversiona, con humor gamberro, varios  de los ingeniosos cuentos de hadas de Los Hermanos Grimm que todos leímos en nuestra infancia, poniendo especial cuidado en reflejar las consecuencias que pueden provocar los deseos que anidan en personas insatisfechas. Porque este musical sigue los pasos de héroes, y heroínas, de algunos cuentos clásicos como Caperucita Roja, Cenicienta, Jack y las judías mágicas y Rapunzel (este último cuento recreado por Disney en la simpática película de animación Enredados). Así mismo, como en los cuentos clásicos, este  musical contiene advertencias (llámenle, si quieren, moralejas)  sobre todo centradas en la educación de nuestros hijos: no podemos superprotegerles  pero  tampoco descuidarles; no debemos edulcorar el camino de la vida etc…

Pero, realmente, esta película funciona mejor cuando apuesta por el humor que por la seriedad, porque los momentos más brillantes son  cuando se parodia, por ejemplo, la personalidad de un príncipe que puede ser encantador pero mentiroso o cuando se nos presenta a una caperucita glotona. Por tanto, a pesar de encontrarnos ante un espectáculo visual, entretenido e ingenioso, está descompensado en su desarrollo, decayendo su interés en la última media hora (su metraje es de 125 minutos).  Menos puede preocupar que se note su origen teatral en algunos momentos.  

Hasta ahora este largometraje ha recibido tres nominaciones a los Oscar: mejor vestuario, mejor diseño de producción y mejor actriz de reparto (Meryl Streep). Eso sí, ¡atención!, es una película cuyo público lógico son adolescentes y jóvenes, no niños, a pesar de ser un producto de los estudios Disney.

Para: Adolescentes y jóvenes que les gusten los musicales