Cambio de director, incorporación de intérpretes conocidos como Naomi Watts, que persiguen atrapar al mismo público que contempló la primera entrega de esta saga juvenil. Lo cierto es que Insurgente tiene  más acción que Divergente pero nunca llega a ser tan emocionante.

Esta segunda entrega de la saga Divergente (basada en las novelas juveniles de Veronica Roth) arranca en el punto donde se quedó la primera. Es decir, en un Chicago futurista y derruido, la heroína, la divergente Tris, huye con su enamorado Cuatro e intenta ganar apoyos para una futura guerra. De hecho, los líderes de Erudición (capitaneados por Jeanine/ Kate Winslet) pretenden atrapar a todos los divergentes puesto que son la llave para abrir una misteriosa caja donde parece encontrarse el futuro del planeta…

La joven actriz Shailene Woodley (vista en Bajo la misma Estrella) vuelve a realizar un buen trabajo y confirma gracias a su personaje que la riqueza de los seres humanos consiste en poseer una naturaleza única e irrepetible. En el caso de Tris repleta de valor, sinceridad, generosidad, inteligencia y carácter pacífico.

Se vislumbra el esfuerzo en postproducción de esta película, que se traduce en unos resolutivos efectos visuales para recrear las simulaciones virtuales, de todas las facciones, que deberá superar Tris, pero, en conjunto, Insurgente, resulta menos interesante que la primera entrega a pesar de que cuente con un meritorio desenlace.

Para: Jóvenes que les gustó Divergente