A la lista de películas sobre agentes de la ley que se infiltran, arriesgando su vida, en organizaciones mafiosas (Infiltrados, Traidor, etc…) añadan este excelente largometraje de Brad Furman (El inocente) que aporta el aliciente de que está basado en hechos reales. Años 80. Un experimentado policía estadounidense Robert Mazur (Bryan Cranston)  se infiltra en una banda de narcos colombianos. Para apoyarle también se implicarán los agentes Kathy Ertz (Diane Kruger), quien fingirá ser su futura esposa, y Emir Abreu (John Leguizamo), este último propenso a utilizar métodos poco tradicionales para introducirse en la cúpula de organizaciones criminales. Juntos intentarán desmontar una de las tramas de cartel de droga más activas de ese momento. Desde principio a fin (y la película dura la friolera de 127 minutos) se mantiene la tensión gracias a los temibles acontecimientos que desfilan por la pantalla. Porque Brad Furman los firma con verosimilitud y no se "corta" en ningún momento al mostrar la crueldad y la violencia que ejercían esos mafiosos que controlaban el narcotráfico (entre ellos aparece el famoso Pablo Escobar). La trama, que también llegó a las altas finanzas, no hace sino que reafirmar la idea de que el dinero llega a corromper a personas de cualquier estatus social. Igualmente están bien desarrollados los conflictos emocionales y familiares que arrastra el protagonista, encarnado por el competente Bryan Cranston. Para: Los que les gusten los relatos de suspense que mantienen la tensión Juana Samanes