Un matrimonio bien avenido empieza a tener diferencias tras la marcha de su hija al extranjero y quedar “el nido vacío”. Intentan divorciarse, pero el peor escollo entre ellos es que ninguno puede pagarle al otro el valor de un chalet en el que viven que, con la crisis inmobiliaria, se ha devaluado. A partir de aquí, iniciarán una verdadera guerra bajo el mismo techo.  

Nadie puede negar que la directora y guionista Juana Macías tiene olfato, porque en Bajo el mismo techo incluye dos asuntos de rabiosa actualidad en la sociedad española: la guerra de sexos (más amarga que nunca debido a la ideología de género) y las consecuencias económicas del divorcio en una pareja con no demasiados recursos. No busquen un análisis de lo que es el principal drama en una separación: el desamor, y las consecuencias que acarrea, porque de eso no encontrarán más que brochazos frívolos.

Todo esto está narrado en una comedia enloquecida que recuerda, en algunos momentos, inevitablemente, a La guerra de los Rose, pero que posee gags de humor de sal gorda, a pesar de jugar a ser sarcástico.

Para: los que vean todas las comedias de cine español que se estrenan y les guste el humor de sal gruesa