Desde Mongolia llega este largometraje, del tipo de los que ganan en festivales y es aplaudido por críticos "esnobs".

Más apropiado, por su argumento minimalista, a un cortometraje que a un film de 92 minutos, retrata la dura vida de los escasos moradores de la llanura de Mongolia. Con un arranque engañoso, que parece anunciar que estamos ante un thriller y no un film de contenido sociológico, describe la vida de una resuelta pastora que se ve obligada a acompañar a un novato policía encargado de custodiar el cadáver de una mujer hallada muerta en plena estepa. Como el viejo chiste, dado que no disponen de televisión, ya se imaginan lo que ocurre.

Cercano a los documentales sobre naturaleza, se recrea en la belleza de los paisajes de la estepa e, incide, subliminalmente en la avanzada despoblación de esos lugares, de ahí la metáfora sobre el huevo del dinosaurio, un animal que se extinguió. Y nada más.

Para: los que crean que todo lo que se premia en festivales tiene calidad.