Tras el ostracismo al que le sumió Hollywood por temas "domésticos", Mel Gibson regresa a la dirección, después de diez años de ausencia, narrando la historia real de un pacifista que, sin embargo, se convirtió en héroe en la Segunda Guerra Mundial. Corre el año 1945 y los dos hermanos Doss: Desmond y Hal se alistan voluntariamente en el ejército tras los bombardeos de Pearl Harbour. La singularidad es que Desmond se presenta como objetor de conciencia porque se niega a matar a nadie y sólo aspira a ejercer como sanitario en el frente. Las primeras reacciones entre los mandos a donde acude a su adiestramiento son muy duras con él, intentando que vuelva a su casa. Pero nada frenará a Desmond por servir a su país, ni tan siquiera la crueldad y la burla a la que es sometido por parte de otros soldados que lo tachan de cobarde. Si son creyentes, una buena opción anticipada de Navidades es contemplar Hasta el último hombre porque, por encima de todo, este héroe de la Segunda Guerra Mundial sólo poseía un arma: su fe. Porque Desmond fue en el campo de batalla donde encontró el sentido de su vida mientras interpelaba, mirando al cielo, una explicación ante tanta barbarie. Antes de llegar a este escenario, este joven, que aborrecía la violencia, ha aprendido a perdonar y a no guardar resentimiento a familiares y compañeros por daños sufridos en sus carnes en el pasado. Los que conozcan la trayectoria cinematográfica de Gibson (recuerden la magistral La Pasión) saben que le gusta transcribir los hechos históricos sin poner "tiritas", por ello en Hasta el último hombre, la toma de un objetivo en la batalla de Okinawa es narrada  en imágenes con una crudeza impresionante, donde contemplamos con horror actos tan salvajes como la quema de hombres o el destrozo de cuerpos víctimas de los obuses, aunque quizás las instantáneas más duras son aquellas en las que observamos como  los más desgraciados acabaron, una vez fallecidos, sirviendo de alimento a la voracidad de las ratas. Mel Gibson ha declarado que la idea de llevar a la gran pantalla la historia de Desmond se debió a que "El panorama cinematográfico actual está plagado de historias de "superhéroes" de ficción, pero creo que ha llegado la hora de celebrar a un héroe de verdad". Evidentemente tiene toda la razón. Para: Los que hayan seguido la trayectoria como director de Mel Gibson. En general, para todos los aficionados al cine bélico de calidad Juana Samanes