Una pareja de ancianos, ella con una salud muy precaria y él con pérdidas de memoria, inician un viaje a través de los Estados Unidos en una autocaravana con el objetivo de huir de médicos e hijos demasiado asfixiantes.

Primer largometraje del director italiano Paolo Virzi, rodado en Estados Unidos, a quien parecen interesarle las “road movie” (películas de carretera) porque la estrena tras Locas de alegría, que también narraba una travesía en coche.

Supone la traslación al cine del best seller de título homónimo de Michael Zadoorian. Tragicomedia  narrada por la esposa de la pareja con ingenio y humor, que tiene como positiva que transmite el amor que ese matrimonio se profesó durante décadas pero, por el contrario, desde el comienzo, se presume tendrá un final menos halagüeño…al menos para los defensores de la vida.

De hecho, la película, que se ve en un suspiro, si se analiza es “tramposilla” desde el principio en la descripción de la demencia senil que sufre el hombre, que es de lo más curiosa y selectiva en momentos álgidos, algo que no ocurre en la realidad. Pero todo parece medianamente creíble gracias al magnífico trabajo de dos veteranos pero grandísimos intérpretes: Donald Sutherland y Helen Mirren.

Para: Los que tengan interés en ver una tragicomedia sobre la ancianidad y no les importe un final previsible