Basado en hechos reales, este drama narra la relación que mantuvieron un escritor actualmente bastante olvidado en nuestro país, Thomas Wolfe (no confundir con el periodista y escritor Tom Wolfe), y el gran editor que descubrió su talento, Max Perkins, mentor de otros conocidos novelistas estadounidense como F. Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway. El joven Thomas Wolfe poseía un gran talento para la literatura pero, por su propio carácter, era totalmente incapaz de gestionar su creatividad arrolladora. Hasta que conoció a Max Perkins, un editor con gran olfato que supo ver la genialidad de ese hombre atormentado. Perkins dedicó un gran esfuerzo e, incluso, parte del tiempo que debía dedicar a su vida personal a pulir la obra de ese diamante en bruto. Adaptación  a la gran pantalla de la biografía Max Perkins: el editor de libros, del ganador del Premio Pulitzer A. Scott Berg, el estilo clásico y sosegado se detiene especialmente en la psicología de los principales personajes, al mismo tiempo que supone un homenaje al arte de la escritura, al esfuerzo que supone crear una obra maestra y a la importancia de que en ese viaje te acompañe alguien inteligente y con criterio capaz de aconsejarte adecuadamente. Colin Firth está convincente en el papel de Perkins, a pesar de parecer más un caballero británico que americano, frente a un sobreactuado Jude Law que resta, en algunos momentos, credibilidad a la personalidad abrumadora de Wolfe. A pesar de contener momentos y diálogos extremadamente literarios, la película posee fuerza al describir esa férrea relación y mostrar, al mismo tiempo, aspectos de la vida personal de  Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway. Para: Muy recomendable para los interesados en el mundo literario Juana Samanes