En la vida real se producen historias increíbles, como la que protagonizó Philippe Petit, un funambulista francés que, encima de un cable de acero, cruzó una mañana del año 1974 la distancia que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. El largometraje El desafío está basado en su libro de memorias. El veterano director Robert Zemeckis, aclamado por Regreso al futuro, Forrest Gump o Naúfrago, decidió, a comienzos de este siglo XXI, renovar el Séptimo arte desde la técnica, convirtiéndose en un maestro del 3D gracias a excelentes cintas de animación como Polar Express o Cuento de Navidad. Ahora, aprovecha los mayores avances en efectos visuales, para que el espectador, desde su butaca de una sala de cine, palpe la altura, el vértigo, al que se enfrentó el artista francés. Ese es, sin duda, el gran atractivo de esta película, esa experiencia irrepetible. Porque, de hecho, todo el desarrollo del relato conduce a esos fantásticos instantes: la explicación de la naturaleza inquieta de Petit, la preparación del reto y la búsqueda de cómplices que le ayudaron a cumplir su sueño de contemplar la ciudad de Nueva York, en el aire, a 415 metros de altura. Queda en un segundo plano el tema personal; la relación complicada con su padre o la historia de amor. El joven actor Joseph Gordon Levitt se preparó meticulosamente para resultar convincente en las escenas de funambulismo que protagoniza en la película, por su parte Ben Kingsley hizo una interpretación personal, no demasiado pegada a la realidad, del maestro de circo que enseñó a Petit, según confesó el propio artista en la rueda de prensa que concedió en Madrid. Para: Los que les gusten las películas con espectaculares efectos visuales Juana Samanes