El escritor argentino Daniel Mantovani, que reside en Barcelona desde hace décadas, es galardonado con el Nobel de Literatura. Pero en la ceremonia asombra a propios y extraños, afirmando que se encuentra acabado porque ha perdido la creatividad, la inspiración de la que ha hecho gala en sus obras en las que ha retratado, de forma cruel, la vida en su pueblo natal al que no ha vuelto desde hace 40 años. Precisamente, como resultado de haber obtenido ese afamado premio, recibe una carta en la que se le invita a volver a su terruño para recibir la distinción de Ciudadano Ilustre. Convocatoria que aceptará para constatar que no goza de demasiadas simpatías. El proverbio  "Nadie es profeta en su tierra" acompaña a esta lúcida comedia de humor irónico que reposa sobre el espléndido trabajo interpretativo del veterano  actor Oscar Martínez. Premiado con la Copa Volpi al mejor actor en la Mostra de Venecia, la película también ha obtenido, hasta el momento, los principales galardones en la reciente Seminci, y concurre a los Oscar representando a Argentina. Los directores Mariano Cohn y Gaston Duprat no se "cortan" a la hora de lanzar una mirada ácida sobre la naturaleza de la gente de su país, donde los éxitos de una persona en vez de provocar alabanzas desatan todo tipo de malos sentimientos. Una metáfora sobre Argentina que, de alguna forma, también podría extrapolarse a lo que ocurre en España. Para: Los que les guste el cine inteligente Juana Samanes