A partir de los recuerdos sobre una infancia y adolescencia muy disfuncional, debido a la naturaleza errática de sus progenitores, la periodista Jeannette Walls escribió una novela autobiográfica que se convirtió en best seller y ahora llega a la gran pantalla. Dirigida con buen pulso e interpretada con mucho talento por actores como Brie Larson (ganadora del Oscar por La habitación), Woody Harrelson y Naomi Watts, narra la historia de una pareja de hippies, los Walls, que deambularon durante décadas por Estados Unidos acompañados de sus cuatro hijos, a los que hicieron pasar todo tipo de penalidades materiales. Asombra que, aunque la autora retrata a su padre como un alcohólico y un vago y a su madre como una pintora "de medio pelo", incapaz de encargarse de sus hijos, la visión que ofrece de ellos es bastante comprensiva, producto sin duda de un mecanismo de autodefensa y también del amor y el perdón. Eso sí, en algunos momentos de la película, se comete el error de casi juzgar como igual de devastadora la vida encorsetada que llevaba la protagonista junto a su novio yupi, que la asalvajada junto con sus padres. El título de El castillo de cristal es muy revelador porque hace alusión a esa casa ideal, establecida en un lugar fijo, que los niños Walls anhelaban y que el padre les prometía, una y otra vez, que iba a construirles, mientras se mudaban constantemente de uno a otro lugar. Pero "la unión hace la fuerza" y lo más bonito de esta historia, que se ve de un tirón, es el cariño que se tenían los hermanos Walls y les hizo conseguir un futuro mejor. Para: Los que les gusten los relatos reales de supervivencia Juana Samanes