Segundas partes raramente son buenas y esta secuela de la divertida comedia francesa Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (2014) no es una excepción.

Tras aceptar que sus hijas se hayan casado con un musulmán, un judío, un chino y un africano, Claude y Marie Verneuil ven su futuro amenazado cuando sus cuatro yernos, Rachid, David, Chao y Charles, tienen en mente abandonar Francia e intentar una nueva aventura vital y profesional en otros países. Los abuelos intentarán hacerles cambiar de idea.

Cualquier secuela se enfrenta al reto de que ya no posee la originalidad de la primera y, en el caso de una comedia “colorista” como la que nos ocupa, hay que volver a ingeniar gags divertidos y personajes empáticos. En esa línea, Dios, mío ¿pero qué te hemos hecho…ahora? plantea una situación muy entendible e universal como la lucha de cualquier “abuelo” para que no le alejen físicamente de sus nietos. A este respecto no tiene desperdicio la escena donde el patriarca de la familia da instrucciones a sus pequeños nietos de cómo pueden ponerse en contacto con él estén donde estén. A partir de ahí la película es menos ocurrente que la primera porque, en su afán de provocar la comicidad a cualquier precio, introduce subtramas políticamente correctas y sosas como la de la nueva pareja de la hija de los africanos o describe reacciones de algunos personajes que no resultan verosímiles. Además, si en la primera entrega se reía de los clichés de todas las religiones a las que pertenecen los yernos de la familia, aquí solo refleja las incongruencias del sacerdote católico.

Están bien en sus cometidos tanto el popular actor Christian Clavier como los intérpretes que componen el reparto coral de su “familia”.
 

Para: los que vean todas las comedias, incluso las que no son muy graciosas.