Una joven aquejada de agorafobia, y que no puede dar más de 522 pasos alrededor del perímetro de su hogar, emprende un viaje a Portugal para devolver a su origen a su mascota, un gato. Como cualquier road movie (película de carretera), este viaje se transforma en una experiencia vital para los que lo emprenden: la agorafóbica, un chino (que, paradójicamente, es japonés) y un gato (en una situación especial), debido a los personajes variopintos que se encuentran en el camino.

Afirma el director de la película, el sevillano Paco R. Baños, que cada persona fabrica su propio mundo: lo puede hacer grande o lo puede hacer muy pequeño.

Película de carretera, que supone un viaje vital, donde la joven actriz Natalia de Molina, dos veces ganadora de un Goya, vuelve a demostrar su valía para afrontar cualquier tipo de personaje. Precisamente su actuación es lo más destacado de esta producción modesta, que se ve con agrado pero que no despierta demasiadas sorpresas argumentales. Aquí encarna a una joven frágil pero enérgica, que carga con una pesada mochila emocional.

Para: los que les guste contemplar películas de jóvenes realizadores.