En una mansión solariega conviven un matrimonio de actores, ella antaño una gran estrella del celuloide, y quienes fueron el director y el guionista con los que más colaboró. La convivencia de la mujer con los “invitados” perpetuos no es nada apacible debido a las manías de unos y otros, por lo que se cruzan sarcasmos continuamente. A esto tampoco ayuda la plaga de comadrejas que invade los terrenos del lugar, que provocan que uno de los inquilinos porte un rifle y dispare a todas horas con el fin de acabar con esa indeseada invasión de “bichitos”. A pesar de ello, viven cómodamente hasta que llega la casa, presuntamente de forma accidental, una joven pareja que pronto desvelará sus verdaderas intenciones.

Las películas del director argentino Juan José Campanella siempre han sido muy apreciadas en nuestro país, tanto por el público como por la crítica, recuerden El hijo de la novia o El secreto de sus ojos. Con El cuento de las comadrejas nos atrevemos a declarar que el cineasta firma su mejor trabajo. Curiosamente no se trata de una historia original sino un remake de un clásico argentino titulado Los muchachos de antes no usaban arsénico.

A ningún cinéfilo se le escapa el homenaje que al cine clásico hace Campanella, en especial a ese genio que fue Billy Wilder, porque la “divina” de esta película se inspira claramente en el personaje de Norma Desmond de El crepúsculo de los dioses, aunque argumentalmente poco tienen que ver ambas historias. Es cierto que hay alguna subtrama que se resuelve de forma de abrupta, pero ello no desmerece el conjunto.

Como si se tratase de un cuarteto musical bien afinado, los veteranos interpretes Graciela Borges, Óscar Martínez, Luis Brandoni y Marcos Mundstock hacen un alarde interpretativo inmejorable defendiendo de forma magistral unos diálogos llenos de “mala baba” que son rápidos, ingeniosos y desternillantes, que provocan contantes carcajadas.

Igualmente esta comedia negra trata en su contenido un tema constante que preocupa a Campanella, y que también abordó en la taquillera El hijo de la novia, la vejez, qué ocurre con las personas mayores cuando se retiran, cuando la sociedad no los considera útiles. A este respecto podríamos decir que los cínicos ancianos de esta película tienen muchos años pero la edad no ha mermado sus facultades mentales.

La joven actriz española Clara Lago compone una estupenda malvada.

Para: los que les gusten las comedias de calidad, aunque sean de humor muy muy negro.